Ginesa, nacida en La Raya (Murcia) en 1671, segunda mujer de Juan Torrecillas, murió «pobre» en Beniel en 1707 según costa en su partida de defunción.

«… no hizo testamento por ser pobre»
Sin embargo, no parece que Ginesa muriera «exactamente» pobre a tenor del pleito que en 1722, sus seis hijos (Blas, Tomasa, María,Ginesa…) decidieron abrirle al Sr. Torrecillas, padre de las criaturas, demandando la parte de herencia que defendían les correspondía…
Qué feo…
Juan, quien estuvo casado en primeras nupcias con Catharina García y en segundas con Ginesa, estaba por aquel entonces de nuevo desposado. Su tercera mujer se llamaba Juana Vigueras. No sé si llegó a imaginar que sus hijos le llevarían a los tribunales unos años después de la muerte de Ginesa. Reclamaban la herencia que Ginesa había recibido tras la muerte de sus padres además de la legítima (en bienes y alhajas) en el momento en que casó con Juan Torrecillas.
En cualquier caso, parece claro que Juan no creía que tuviera que repartir bien alguno con sus hijos. Bien al contrario, Juan alegó que los padres de Ginesa murieron no pobres, sino muy pobres y que, por tanto, no sólo no heredó bien alguno, sino que a la muerte de Ginesa, su única herencia fueron los siete hijos que le dejó y a los que hubo de alimentar a costa de un mayor trabajo…

«… lo que quedó a dicho Juan Torrecillas fueron siete hijos que alimentar … a costa de su mayor trabajo».

Tras muchos dimes y diretes, que Juan no era muy de colaborar en esto de que sus hijos le «dejaran sin blanca», finalmente se levantó inventario de bienes:

El inventario incluía:
- una barraca en la que vivía Juan Torrecillas, que no los posibles bienes que corresponderían a Ginesa, ya que al preguntarle a Juan dónde estaban éstos, respondió que no quedaba ya de ella, pero que diría qué pudiera quedar.
- cincuenta y nueve tahullas y brazas de tierra en el pago de Beniel, catorce de morera, otras de viñas.. tierra blanca… que tomaron del censo de Don Gil Francisco de Molina, señor del lugar de Beniel por escritura ante Pedro Espinosa de los Monteros.
- Dos arcas de pino con cerraduras y llaves a medio servir
- dos taburetes de pino viejos
- un tablado de cama de pino, cinco tablas y dos bancos
- una cama de cordeles
- un colchón de lienzo virado poblado de lanas nuevo
- otro colchón de lienzo azul y poblado de «..» a medio servir
- otro colchón de lienzo blanco… a medio servir
- una caldera de cobre para colar y dos cantaros de agua a medio servir
- una sartén grande
- unos hierros para el fuego
- dos sillas de sogas viejas
- una colcha manchena a medio servir
- dos sabanas de lienzo casero a medio servir
- unas «m..» nuevas
- unos manteles nuevos
- una sortija de oro de hasta veinte reales que no hace memoria de las piedras que tenia
- unos corales
- un lava manos (¿?) de lata filigrana
- una artesa, tabla, cedazo…
- una yegua de cuatro a cinco años, pelo castaño
- una mula vieja y manca del mismo pelo
- una arroba de hilaza, lino y estopa
- una caldera y torno corriente para hilar seda
- una tinaja con su tapador y «…» de cobre buena
- una media fanega berrada y un medio celemin de pino a medio servir
- un candelero de pino
- un candil de garabato
- siete tahullas sembradas de panizo
Y Juan juró ante Dios nuestro señor y a una señal de cruz no haber quedado más bienes que los expresados por muerte de Ginesa, su mujer, y que si se acordara de otros lo manifestaria, obligándose a tenerlos prontos su valor para entregarlos…

Como es lógico, a estas alturas, hijo y yernos (que las hijas contaban poco en estos momentos históricos) no confiaban mucho en los juramentos de fe de Juan así que mandaron nombrar contadores, medidores… para contrastar el inventario. Juan seguía «erre que erre» y dejaba constancia de que la pretensión de sus herederos era «fantástica» y sin ningún fundamento…
En cualquier caso, los posibles herederos alegaron la dote que su madre aportó a cuenta de la legítima materna y paterna:

La dote: doscientos ducados en ropas de vestir y alhajas…
Además de empezar a tomar medidas sobre las tierras que Juan había ido cediendo, por ejemplo a Juan Gómez, morador en la huerta de Beniaján…
Cuando por fin consiguieron que Juan declarara, no hubo sorpresa en sus palabras:

Sí, Juan reconoce que Ginesa aportó unos cuantos reales como dote, pero que no recibió cantidad alguna como consecuencia de la muerte de sus suegros…
En cualquier caso, vamos a por los papeles…

Partición de bienes (1697) tras la muerte de Ana Requena, la madre de Ginesa, la suegra de Juan: «Lo que toca a Juan Torresillas como marido de la dicha Ginesa Sánchez, está pronto liquidándose lo que le tiene entregado el dicho Martin Sánchez a satisfacersele lo que el debiere de los dichos setecientos cuarenta y siete reales y medio que le tocan en la partición».
Y la referencia al testamento del padre de Ginesa, Martín Sánchez, realizado ante el notario Sebastián de Luna tras su muerte el 20 de febrero de 1705:

El testamento de su suegro, el padre de Ginesa
Y el testimonio de que de resultas de los inventarios que se practicaron a la muerte del padre de Ginesa en la Raya el 13 de marzo de 1714, a Ginesa y su marido Juan Torrecillas, les correspondió como legítima materna y paterna 1996 reales y que pidiendo «se abriese el remate sabiéndose hecho diferentes autos por el susodicho se pidieron y entregádosele, salió diciendo que impensadamente se le habían perdido».
Tras escuchar a vecinos del pago de Beniel que actuaron como testigos, y comprobados los documentos de la partición de los bienes del padre de Ginesa, finalmente, aparece como hecho probado que Ginesa sí aportó bienes al matrimonio y se le «invita» a Juan a que lo reconozca.
Pero nanay de la China… Juan da la callada por respuesta; de modo que se dan por conclusos los actos y es acusado de rebeldía.
El nuevo inventario incluye:
- TIERRAS
- un cuadrón de tierra blanca (26 tahullas y dos ochavos y 18 brazas)
- un cuadrón de tierras plantadas de olivar, viña, moreral y árboles frutales
- 17 tahullas, tres octavas y 22 brazas
- otro cuadrón de tierra
- seis tahullas y 24 brazas
Todo ello es valorado en 9931 reales y 19 ¿maravedís? de vellón
- así como los bienes muebles antes mencionados
Finalmente, se realizó la partición y a Tomasa, y en su nombre, a su marido, Leandro Ponce, le correspondieron unos cuantos reales…

Y al pobre Juan, un bonito crédito por haberse dedicado a vender tierras que no eran suyas…

Resumen comprobación de la jugada
Sobre el valor del dinero en el siglo XVII, remito al más que interesante estudio realizado por Rafa Cass en
https://laramblacofradiera.blogspot.com/2014/07/el-valor-del-dinero-en-el-siglo-xvii.html