El pEso del TiEmpO

Tempus fugit

y el rastro de aquellos tiempos desaparece muchas veces con él a la misma velocidad.

Un día, no sé sabe muy bien el porqué, comienzas a interesarte por la historia de la familia. Puede ser un tío, un abuelo, una prima segunda… Es igual. Ya has abierto la caja de Pandora. No vas a poder parar, has empezado a tirar del hilo y para cuando te das cuenta el hilo te ha enmarañado en sus redes… Me gusta pensar que se trata de ese legendario «hilo rojo» que nos conecta imperceptiblemente a otros en otros espacios y por qué no en otros tiempos…

En la búsqueda de esas que son tus raíces preguntas a la familia, revisas miles de documentos digitalizados, formas parte de grupos y asociaciones genealógicas, acudes a archivos y bibliotecas… En conclusión, buscas y rebuscas… Y ahí están. Van brotando nombres, calles, edificios… Con ellos, prepárate para sentir todo un carrusel de emociones: sorpresa, alegría, ira, enfado, tristeza, desencanto… tanto por el devenir de todas esas vidas pasadas como por los innumerables «sobrevenidos» con los que vas a ir encontrándote en tu atropellada investigación.

Es lo que tiene el paso y el peso del tiempo…

Un ejemplo de enfado  y tristeza es el que sentí al saber que los registros parroquiales de Fuente Álamo, de San Javier y de tantos otros lugares habían desaparecido como consecuencia de los estragos de las guerras, en particular de la Guerra Civil. Vicente Morales lo describe muy bien en su blog cuando refiere a ese momento en Tomelloso como «el día en el que quemaron nuestro pasado»:

quema libros fuente alamo

Obra huérfana. Quema de libros. Tomelloso (en www.entomelloso.com)

Tantos y tantos archivos, tantas historias, convertidos en cenizas…

Tristeza, de nuevo, al comprobar el vacío, la nada, existente en determinados lugares para determinados años:

defunciones santomera

Libro de Defunciones. Santomera. 1939

Enfado al encontrarte con hojas amputadas, por vaya usted a saber los motivos, de la forma más vil…

tijeritas.jpg

Tijeritas, tijeritas… Carcelén, Libro de Defunciones, 1573

Resignación, tristeza, enfado… al intentar localizar la morada, última o no, de un ancestro y encontrarte ante un convento, una iglesia, una vivienda… desaparecidos como consecuencia de desamortizaciones, guerras… Consecuencias del paso del tiempo y el peso de la historia… No hay más…  Pongamos como ejemplo el Convento de Nuestro Seraphico Padre San Francisco (Murcia): incendio en 1834, diferentes usos (cárceles, depósito de carbón…) tras las desamortizaciones, nuevo incendio en 1931, cenizas… En una de las capillas de este convento «reposaron» algunos de mis ancestros, y en sus testamentos con todo lujo de detalles, encontramos lo que hubieron podido ser indicaciones precisas para llegar hasta ellos…  Ni rastro.

convento san francisco murcia

Convento de Nuestro Seraphico Padre San Francisco

plano murcia 1896 pedro garcia faira

Plano de Murcia, 1896. Pedro Garcia Faria.

Más tristeza al descubrir entre los registros parroquiales anotaciones , en las que el descuido de un párroco borra las huellas de algunos de los nuestros (de los vuestros, de los suyos…):

cuando el cura se olvida de ti

¿De quién sería hija esta María Perez? Beniel, Libro de Bautismos, 1817

parrocos descuidados

Ay, Don Fabián, Don Fabián, esos descuidos…

De nuevo, tristeza cuando el dato que te interesa aparece carcomido por los bichos, deteriorados los bordes, borrada su tinta o incluso todo ello junto…

protocolo maltratado por el tiempo.JPG

Debió ser todo un banquete para esas polillas… Protocolo notarial. Murcia. Siglo XVI

Papirofago

Aquí, un papirófago «in fraganti»…

Resignación  al saber del destino de muchos, muchos, muchos documentos… en aquellos momentos en los que sólo se veía en ellos materia prima o, directamente, basura.

cohetero

Papeles, sólo eran «papeles»…

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La sombra de mi alma
huye por un ocaso de alfabetos,
niebla de libros
y palabras.¡La sombra de mi alma!

He llegado a la línea donde cesa
la nostalgia,
y la gota de llanto se transforma
alabastro de espíritu.

 

Y es que… «lo más parecido al alma es la memoria», y entre nieblas de libros y palabras, reposa el alma de los míos…

 

 

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