María Vilato

María Vilato Rodríguez (Ana María Andrina), hija de Andrés y de Juana Rodríguez nació a finales de 1671. Su bautizo tuvo lugar el 5 de diciembre de 1671 en la parroquia de El Salvador (Orihuela). Su esposo, Pedro Pastor Ferrer, lo haría a inicios de ese mismo año, e igualmente sería bautizado en la catedral de Orihuela un 31 de enero de 1671.

María y Pedro se casaron en esta misma parroquia el 3 de enero de 1694 y fueron padres de hasta un total de ocho hijos a lo largo de veinte años: Joseph (1694), Juana (1697), Jusepha (1700), Anna (1703), Martín (1705), Antonia (1709), María (1711) y Rosa (1714).

María morirá el 16 de octubre de 1735 a los 64 años. Debió ser una muerte imprevista, ya que el matrimonio testó apenas unos meses antes, presumiblemente por la mala salud de Pedro, y en dicho testamento, María se declaraba sana de cuerpo y mente. Paradójicamente, su viudo, Pedro, el enfermo, aún tendría tiempo para casarse de nuevo, arrendar tierras y fallecer Dios sabe cuándo… 😉


«Estando enfermo yo dicho Pedro Pastor, y yo dicha María Vilato buena y sana…»
Martínez de Rodríguez, 17 de junio de 1735. AHO.

En dicho testamento se hace mención a los ocho herederos legítimos…

Así como a sus voluntades: mil misas y ser sepultados en el vaso del Santísimo Sacramento de la Santa Iglesia Catedral de la que ambos eran feligreses….

En cuanto al reparto de los bienes, a Ana Pastor y a Francisco Ortuño, la sangre de mi sangre ;-), se les otorga la casa de la calle de San Pascual Baylon…

Unos cuantos años más tarde, en 1739, la familia comparece de nuevo ante el notario Martínez de Rodríguez…. María ha fallecido y Pedro tiene voluntad de casarse de nuevo (de hecho, finalmente lo hará el 4 de enero de 1741 con Catalina Bernabeu Quiles, con quien mantenía un tercer y un cuarto grado de consanguineidad, del que serían dispensados). La familia desea hacer las cosas bien y se impone una partición amistosa de los bienes que quedaron tras la muerte de María entre todos sus herederos….

Por dicha partición, y teniendo en cuenta que tanto en el testamento como en este documento, Pedro deja claro que no hubo escritura de dote por no tener bienes que aportar, queda claro que el matrimonio prosperó y mucho, y que todo debió ser obra de ambos, sin herencias que pudieran justificar sus posesiones…

Martínez de Rodriguez, 1739. AHO.
Hijos y herederos de María
se le deja el usufructo

Y además de tierra, cahices de trigo…, mulas, yeguas, dos barracas…

Y entre otras bajas…

Ejemm

Y firmando los yernos, entre ellos Francisco Ortuño… Por cierto, también firma Francisco Aracil, como testigo y a quien presumo pariente, de ser éste esposo de María Pastor.

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