(En memoria de Juan y Justa, mis retatatatarabuelos, de los que me separan, nada más y nada menos, once generaciones).

Justa nació y fue bautizada en noviembre de 1624 en la parroquia de El Salvador, la Catedral de Orihuela, la misma en la que sus padres, Francisco LaCarcel y  Leonisia Meca, labradores, habían contraido matrimonio en enero de ese mismo año.

Iglesia de El Salvador, Catedral de Orihuela. CC BY-SA

 

Mientras Justa corría y jugaba por las calles de Orihuela, hemos de entender que sin mayores preocupaciones, Juan Ballesta, nacido en torno a 1610 (1), llaurador y ciudadano de Orihuela, casó con Águeda Esquiva en la parroquia de Santiago. Francisco Aniorte actuó como testigo. Era 1630. Tendrían al menos cuatro hijos de los que haya constancia en los registros parroquiales: Juan Francisco (nacido en 1631), Jaime Fernando (1632), Juan Luis (1637) y Anna María (1639). Águeda fallecería poco después.

El viudo Juan decidirá casarse de nuevo. Elegirá a Justa Cárceles como acompañante de vida. Una joven no tan joven, 25 años, hija de un matrimonio de «llauradors».  Se desposaron el 17 de enero de 1649 en la parroquia de Santiago (Orihuela), la misma parroquia en la que más de trescientos años después lo harían mis padres:

Iglesia de Santiago. Orihuela. CC BY-SA

En este enlace, el notario Diego Lapuente (otro de mis retatatarabuelos hace 11 generaciones) actuó como testigo. Podría pensar «¡qué casualidad!», pero cuando vas remontándote generación tras generación, y además tus ancestros no han sido de dispersarse demasiado, lo extraño sería que no coincidieran en más de una ocasion… En este caso, 11 generaciones suponen ya 2.048 «tataras» a tus espaldas (algunos menos, es verdad, por el implexo genealógico, pero un número, en cualquier caso, que desborda…).

Registro de matrimonio de Juan y Justa. ADO, Orihuela. Diego Lapuente, notario, será testigo de este matrimonio.

El día antes, Juan y Justa,  habían hecho cartas dotales ante el escribano Roser Girona:

«Juan Ballesta, llaurador, de una part y de part altra Francisco LaCarcel, llaurador y Leonisia Meca, conyuges y Justa Cárceles, doncella hija de aquells de la present ciutat de Oriola vehins y habitadors per quant entre ditos partses de estat tractat de contractar de matrimoni los dits Joan Ballesta y Justa Cárceles doncella y abans de la celebrasio de aquell fet e firmar cartes nupcials en la forma acostumada… convinga estimar los bens mobles  de los susodits Francisco LaCarcel y Leonisia Meca…»

Los padres de Justa hicieron donación con motivo del matrimonio de «cent sexanta i una lliures, quince sous y sis diners»(2)  de moneda real de Valencia de dote, así como un lote de tierras plantadas de viña y tierra blanca situadas en la partida de la Puerta de Murcia y «sinquanta sis lliures, quatre 4 sous y sis diners» en bienes muebles.

¿Era ésta una dote importante? La moneda de referencia valenciana, al igual que en toda la Corona de Aragón, era la «lliura«, una moneda que se basaba en el peso de la plata. Una lliura (libra) se dividía en 20 sous (sueldos) y cada sou en 12 diners (dineros). Es decir, una libra equivalía a 240 dineros.

De todos estos valores monetarios, por utilidad ante falsificaciones y presencia de monedas extranjeras de diferentes valores (la moneda castellana tenía un gran prestigio y su presencia era notable), el único que tenía moneda fáctica era el «diner«, o «menut valencià», una moneda de vellón (con menos de un 5% de plata en su composición en algunos momentos) de muy poco peso. No se cuidó mucho su producción, de modo que la mayoría de monedas que han llegado hasta nuestros días se encuentran en bastante mal estado. Con todo, aparecía en ellas un retrato real en el anverso y el árbol introducido en la moneda valenciana por Jaime I en el siglo XIII en su reverso.

Dinero o «diner menut». Valencia, 1654

Juan, por su parte, aportó «noucentes noranta sis lliures i huit sous» en bienes muebles «de llí, llana, fusta, plata y or y altres», además de «huitanta sis lliures i huit sous» en «cafisos de forment…» etc. También aportó «cent trenta lliures» en el valor de una casa situada en el Raval de San Francisco,  Parroquia de San Jaime, en el carrer de Capuchinos, una casa que aparece en el censo de 1646 como localizada en la calle del Castillo. Además, aportaría un conjunto de tierras en la Puerta de Murcia.

Censo de vecinos de Orihuela, 1646. ARV.

Juan disfrutó de larga vida. El 28 de julio de 1678 realizará, junto a Justa, testamento. En él, y como declaración de voluntades, comenzaban con una fórmula usual «la muerte es cierta, la fecha incierta», sin referencias a graves enfermedades para ninguno de ellos. Como «buen cristiano y cristiana» eran precavidos y pensaban en tener preparadas sus cosas para ese momento.

Testamento Juan Ballesta y Justa Cárceles (28-07- 1678). Prot. Notarial Ginés Ros, ADO.

En dicho testamento, además de encargar las misas por sus almas y las de sus difuntos, y pasar a temas más terrenales, como deudores y acreedores que eran, dispusieron que sus bienes fueran repartidos a partes iguales entre todos sus hijos (Ángela, Pere, Joanna, Joan y Joseph) así como ser enterrados en la Iglesia de la Virgen Maria de Monserrate (4).

Testamento Juan Ballesta y Justa Cárceles (28-07-1678). Prot. Notarial Ginés Ros, ADO.

Iglesia de Monserrate, Orihuela

 

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(1) Presumo, a falta de confirmación, que Juan Ballesta es nacido en septiembre de 1607 e hijo de Frances Ballesta y Lleunor Aniorte (Parroquia de Santiago de Orihuela, B-05 (1598_1640) Folio 136).

(2) Sobre moneda valenciana a lo largo de los siglos resulta particularmente interesante la lectura de «Els diners van i venen», coord. Pere Pau Ripollés y Mª del Mar Llorens, 1999 en  https://www.uv.es/ripolles/Web_PP/pdf/Els_diners_van_i_venen.pdf

(3) Como ejemplo del desigual valor de las monedas peninsulares, Carlos Mora indica que la lliura valenciana junto a la jaquesa eran las que poseían el valor más alto. Así, a inicios del siglo XVII el ducado castellano se pagaba a 21 sueldos valencianos, a 32 sueldos mallorquines o incluso hasta 65 sardos, en https://www.esdiario.com/131349413/Criptomoneda-y-libras-valencianas.html

(4) El templo actual es resultado de la restauración y ampliación sufrida tras el terremoto de 1748. La antigua nave central conforma hoy el crucero de la iglesia, de modo que la puerta lateral actual era en el siglo XVII la fachada principal de la iglesia. Restos del templo primitivo podemos encontrarlos en el lado del evangelio del crucero (capilla del Hallazgo).